sábado, 15 de abril de 2023

Hoy vengo con un poema de Amado Nervo

 ¡¡¡EN PAZ!!!

Muy cerca de mi ocaso,
yo te bendigo, vida,
porque nunca me diste
ni esperanza fallida,
ni trabajos injustos,
ni pena inmerecida.
Porque veo al final
de mi rudo camino
que yo fui el arquitecto
de mi propio destino.
Que si extraje las mieles
o la hiel de las cosas,
fue porque en ellas puse
hiel o mieles sabrosas:
cuando planté rosales,
coseché siempre rosas.
Cierto, a mis lozanías
va a seguir el invierno:
¡mas tú no me dijiste
que mayo fuese eterno!
Hallé sin duda largas
las noches de mis penas;
mas no me prometiste
tan sólo noches buenas;
y en cambio tuve algunas
santamente serenas...
Amé, fui amado,
el sol acarició mi faz.
¡Vida, nada me debes!
💕
¡Vida, estamos en paz!!
-Amado Nervo.





miércoles, 22 de marzo de 2023

Continuemos con otra práctica

 

PRACTICAS BÁSICAS

3- Sentarse como una montaña

   Thich Nhat Hanh

Henry era profesor de matemáticas en la Escuela Francesa de Toronto que, al regresar a su escuela después de pasar tres semanas  en Plum Village, empezó a practicar junto a sus estudiantes. Entró en el aula  despacio, caminando en plena consciencia, y se puso a escribir en la pizarra de forma consciente. Los estudiantes le preguntaron: << ¿Profesor, está usted enfermo?>>. Y Henry contestó: << No, no estoy enfermo>>, solo estoy practicando el caminar consciente. me gusta hacerlo, siento mucha paz. Hay en mi mucha paz porque he aprendido a practicar la plena conciencia. ¿puedo contar lo que hice en Plum Village? y todos le escucharon.

  Hola acordaron que cada 15 minutos 1 de los alumnos daría una palmada (no tenían campana de plena consciencia todavía) y todos, incluso el profesor, practicarían la respiración consciente y se relajarían sentados en la silla. practicaban dejar de hacer lo que se estuviesen haciendo y regresar a sí mismos en ese momento poniendo toda la atención en la inspiración y la espiración. eso les ayudó a mejorar su capacidad de aprendizaje.

  Al principio, era como un juego; pero con el tiempo, se convirtió en parte de sus vidas. Toda la clase se benefició de la práctica de la respiración y de sentarse en plena consciencia. Se dio una transformación, una sanación, y el aula de Henry realizó grandes progresos, se convirtió en una alegre familia. Otras aulas de la escuela siguieron su ejemplo, y cuando Henry llegó a la edad de jubilación, la administración le pidió que se quedara unos años más. Pudo concentrarse en llevar la práctica de la plena conciencia a la escuela y aumentar la calidad de la enseñanza y del aprendizaje.

  Lo que Henry experimentó está al alcance de cualquier educador. Con solo sentarse y respirar, puede ayudar a sus alumnos a sufrir menos y a ser felices. Los ayuda a generar una sensación de alegría y más tarde sabrán cómo generar esa sensación por sí mismos.

  En nuestra mente hay una radio que funciona sin cesar, la radio PSP: Pensar Sin Parar. Cuando nos sentamos, apagamos la radio y disfrutamos de cada respiración de forma más profunda. la sanación y la nutrición se dan con más facilidad. si estás concentrado de verdad en la respiración, aunque sea solo por un instante, descubrirás que, de forma natural, dejarás de pensar sobre el pasado por el futuro, sobre proyectos y preocupaciones, y desarrollarás tu capacidad para disfrutar con cada respiración de las maravillas de la vida en el momento presente. eso se convierte en un hábito, pero requiere de cierto entrenamiento, al igual que jugar al ping pong o al tenis. Con la práctica, adquieres el hábito de disfrutar de la respiración al sentarte.

  Durante la meditación sentada, por tanto, dejamos de hablar y calmamos el cuerpo y la mente. No dejamos que el pensamiento nos arrastre. Es muy beneficioso abandonar nuestro pensamiento sobre el pasado o el futuro y regresar al momento presente. El pensamiento es lo que nos aleja del aquí y el ahora. Si estás atrapado en el pensamiento todo el tiempo, te cansas y no eres capaz de estar presente.

  El filósofo René Descartes dijo: << pienso, luego, existo>>. Pero no estoy de acuerdo: << pienso, luego, no existo aquí, no estoy realmente aquí para experimentar las maravillas de la vida>>. Si el pensamiento me arrastra, no puedo estar realmente presente. A veces el pensamiento es productivo, pero otras veces nos aleja de la experiencia de estar con la persona que está aquí, con lo que está pasando aquí ahora. Puedes calmar los pensamientos de forma natural si concentras la atención plenamente en la inspiración y la espiración.    Observas un silencio elocuente, poderoso, que te permite estar totalmente vivo y presente para disfrutar de cada momento, de cada respiración. Ese silencio no es en absoluto opresivo: está muy vivo. Cuando paramos de hablar y calmamos el pensamiento y la respiración, volvemos a estar vivos, atentos a lo que ocurre en nosotros y en torno a nosotros. Podemos describir ese silencio como un << silencio atronador>>, tan poderoso como el trueno. Cuando nos sentamos y respiramos juntos de esa manera, podemos generar una energía colectiva muy poderosa que penetrará en cualquiera que esté en el aula, y contribuirá a su sanación y transformación.

  La mente es como un río; los pensamientos son gotas de agua qué se suceden en la corriente. Meditar es sentarse junto al río de la mente y reconocer cada pensamiento que aparece. Puedes practicar sentado con cada uno de estos versos durante una o dos respiraciones:

  Consciente de mi inspiración, inspiro. Consciente de mi inspiración, espiro.

  Siguiendo mi inspiración, inspiro. Siguiendo mi inspiración, espiro.

  Consciente de mi cuerpo, inspiro. Consciente de mi cuerpo, espiro.

   Calmando mi cuerpo, inspiro. Calmando mi cuerpo, espiro.

  Generando alegría, inspiro. Generando alegría, espiro.

  Generando felicidad, inspiro. Generando felicidad, espiro.

  Consciente de una sensación o emoción dolorosa, inspiro. Consciente de una sensación o emoción dolorosa, espiro.

  Calmando esa sensación o emoción dolorosa, inspiro. Calmando esa sensación o emoción dolorosa, espiro.

  Imagina mil estudiantes sentados en silencio en una asamblea escolar practicando la respiración consciente para calmar el cuerpo y soltar la tensión gracias a una meditación sentada como esta. Los alumnos de ese grupo sentirán una poderosa energía que puede ayudarlos a calmarse y a sentirse más felices. Un niño o niña que se encuentra en la escuela dentro de un grupo que puede generar energía de amor y comprensión tendrá más oportunidades para transformar su sufrimiento. Una energía colectiva de paz, generada por la plena consciencia, es la respuesta.





 

domingo, 19 de marzo de 2023

Regreso hoy para leer un nuevo fragmento

 PRACTICAS BÁSICAS

2 – La campana de plena consciencia

Una embajadora de paz y felicidad

Thich Nhat Hanh

 

  Queremos apreciar cada instante de nuestra vida, queremos apreciar cada minuto. No necesitamos olvidarnos del tiempo. No necesitamos que el tiempo vuele. No queremos que el tiempo transcurra veloz, porque el tiempo es vida.

  Cada segundo contiene infinitas joyas; cada minuto, cada segundo, es en sí una joya. Cuando observas la joya de este mismo segundo, ves el cielo, la tierra, los árboles, las colinas, el río y el océano: una inmensa belleza. No queremos matar el tiempo. queremos sacar hondo provecho de cada momento que nos es dado para vivir, la campana de plena consciencia nos ayuda a hacerlo.

  Sin plena consciencia, desperdicias tu tiempo, no vives la vida con hondura. La campana nos ayuda a regresar a nosotros mismos y a generar energía de paz y alegría.

  la campana es una embajadora de paz y felicidad en nuestro hogar y en el aula. empleamos la expresión << invitar la campana>>, no << tocar>> o << tañer>> la campana, por qué es nuestra intención tratar a esa embajadora con respeto, invitarla a que comparta con nosotros ese hermoso sonido que lleva dentro. cuando nos damos cuenta de que la campana es embajadora de paz y felicidad, podemos inspirar en plena consciencia y ser conscientes de que la campana, la embajadora, ha llegado. cuando espiramos, sonreímos a su excelencia la embajadora. inspirar y espirar de esta manera aporta paz y relajación.

  este capítulo te ayudará a prepararte para hacer un buen maestro o maestra de la campana. para empezar, sostienes la campana y el invitador (así llamamos a la baqueta o mazo) i prácticas inspirar y espirar dos veces mientras recitas un breve poema. el primer verso es: << cuerpo, habla y mente en perfecta armonía>>. mientras inspiras recitas en silencio ese verso, y unes en concentración cuerpo, mente y habla.

 Inspirando: << Cuerpo, habla y mente en perfecta armonía>>.

Espirando:<< Envío mi corazón con el sonido de esta campana>>.

Inspirando:<< Que todo el que lo escuche despierte del olvido>>.

Espirando: << Y trascienda el camino de la ansiedad y el dolor>>.

Mientras recitas en silencio este poema inspirando y espirando, generas energía de paz, relajación y plena consciencia. De esta forma, obtienes la cualificación maestro o maestra de la campana. Si no estamos en paz, tranquilos y lo bastante felices, no deberíamos invitar la campana a sonar. Si estamos en paz, el sonido transmitirá esa calidad pacífica.

  Lo primero que hacemos después de recitar el poema es despertar la campana. No produces un sonido completo, si no un medio sonido. Para hacerlo, tocas el borde de la campana ligeramente con el invitador, y lo mantienes ahí. Ese sonido de despertar anuncia a todos que a continuación hoy van a escuchar un sonido pleno. Después de que todos hayan disfrutado de inspirar y espirar una vez, hayan dejado de hablar y de pensar, y estén preparados para recibir el sonido que vamos a generar, invitamos un primer sonido pleno de la campana.



Después de invitar la campana, deberíamos permitir a todos tiempo suficiente para disfrutar espiraciones profundas. Sé generoso, por qué es un tiempo para generar paz y felicidad. La respiración de cada persona tiene una duración diferente; si eres maestra o maestro de la campana, puedes permitirte inspirar y es espirar cuatro veces. Sobre todo si es un niño quien actúa como maestro de la campana, debería respirar cuatro veces en lugar de tres con cada sonido. Si somos jóvenes, nuestra inspiración y espiración no durarán tanto como la de un adulto que ya esté habituado a la práctica.

  Mientras inspiramos, podemos decir: << Escucho, escucho>>. Invitamos a todas las células del cuerpo a unirse a nosotros y a escuchar profundamente. Dejamos que el sonido de la campana penetre en cada célula del cuerpo y ayude al cuerpo a relajarse. En el cuerpo hay miles de millones de células, y todas ellas respiran a la vez. Por eso, cuando decimos: << Escucho, escucho>>, en realidad lo que decimos es: << Escuchamos, escuchamos>>. miles de millones de células están escuchando en ese momento. Hoy se unen para generar una energía colectiva de escucha. No escuchamos en cuanto que individuos, escuchamos como una comunidad: la comunidad de las células. Esto se denomina << Escucha profunda>>. escuchar de esta manera calmará y pacificará nuestro cuerpo y nuestras sensaciones al mismo tiempo. Cuando nos inunde una sensación de inquietud, escuchar así nos hará mucho bien, podremos calmar esa sensación.

  Todos sabemos que nuestros ancestros biológicos y espirituales están plenamente presentes en cada célula de nuestro cuerpo. Quizá queramos invitarlos a todos a qué se unan a nosotros, escuchen la campana y regresen de nuevo a la vida. Creemos que nuestros ancestros ya no están vivos, pero cuando miramos con detenimiento, podemos ver que eso no es cierto. Aún viven dentro de cada célula de nuestro cuerpo. Podemos entrar en contacto con ellos siempre que queramos. Podemos hablar con ellos. podemos invitarlos a caminar con nosotros, a respirar con nosotros y escuchar la campana con nosotros. Cuando escuchas la campana, puedes invitar a todos los ancestros que hay en ti a unirse en la escucha. Escuchar de esta manera puede ser transformador, sanador.

  Cuando espiramos, decimos: << Este sonido maravilloso me trae de vuelta a mi verdadero hogar>>. Nuestro verdadero hogar está en el momento presente, el momento en que la vida está disponible. Así que mientras espiramos y escuchamos la campana, dejamos el pasado, el futuro, los proyectos, y nos asentamos en el momento presente, en contacto con las maravillas de la vida que hay en nosotros y alrededor. Allá donde vayamos, si hay en nosotros plena consciencia, ese lugar es nuestro verdadero hogar.

  Inspiramos y espiramos tres veces antes de invitar la campana a sonar una segunda vez. Con tres sonidos plenos de la campana tendremos la oportunidad de inspirar y espirar nueve veces.

   Por la mañana, antes de ir a la escuela o al trabajo, podrías sentarte y escuchar el sonido de la campana. Lo puedes hacer en soledad o en compañía de tu familia. Con tres sonidos damos la oportunidad de respirar nueve veces, y un grupo de personas respirando así genera una energía de paz y plena consciencia que puede ser poderosa, sanadora, nutritiva. Si hay niños sentados con nosotros, podrán percibir esa energía. no necesitamos desearnos unos a otros un buen día. Podemos hacer que el día sea bueno empezándolo bien. Lo mismo sucede por la noche. Podemos reunir a los niños en torno a la campana y practicar la respiración consciente para relajar el cuerpo y sentir la presencia de los otros antes de acostarnos.

  Durante el día, en cualquier momento en que notemos que la atmósfera no es lo bastante pacífica (por que haya ira, inquietud o dificultad en respirar) podemos invitar la campana a sonar para que toda la clase pueda
relajarse, respirar y restaurar la paz y la felicidad. Puedes programar una campana de plena consciencia en un aparato digital para que suene cada quince minutos y así dejar de trabajar, escuchar la campana y regresar para disfrutar de inspirar y espirar.




viernes, 24 de febrero de 2023

Comenzando con la primera parte de práctica

 PRIMERA PARTE

PRACTICAS BÁSICAS

1-LA RESPIRACIÓN

Respira, ¡estás vivo!

Thich Nhat Hanh

 

La respiración consciente lleva la mente de regreso al cuerpo, y así podemos asentarnos en el aquí y el ahora, plenamente presentes para poder vivir de forma profunda cada instante de la vida diaria.

   Los educadores deben dominar La práctica de la respiración consciente antes de poder ofrecérsela a sus alumnos. Esta puede ser una tarea muy alegre y placentera, puede aportar alegría y ayudarnos a lidiar con sensaciones y emociones dolorosas. Si los educadores son capaces de hacerlo, podrán ayudar de forma natural a sus alumnos hacerlo también.

  Incluso los estudiantes más jóvenes pueden ser, a menudo, víctimas de sus propias emociones fuertes y sensaciones dolorosas. Si no conocen la forma de encarar esas sensaciones y emociones dolorosas, sufrirán. Nosotros, los educadores, podemos inspirar y espirar y así generar energía de plena consciencia para ayudar a nuestros alumnos a sufrir menos. Esto es algo muy hermoso de contemplar. Si comprendes su sufrimiento, si lo escuchas, puedes decirle: << yo también he sufrido, pero práctico de esta manera y ahora sufro menos. ¿Quieres aprender a hacerlo?>>. Y te escucharán. esta comunicación entre educador y estudiante transforma el aula en una comunidad.   cuando los estudiantes están felices y relajados, la labor de enseñar y de aprender se hace más fácil.

  No esperes a que surja una emoción fuerte para empezar a practicar. Debemos empezar a practicar la respiración consciente ahora mismo, y así, tras unas pocas semanas, nos habremos acostumbrado a practicar.

  La plena consciencia de la respiración es muy útil y cualquiera puede hacerlo. no es algo complicado, y aporta al instante una gran calma y felicidad. Empezar a practicar es sencillo: << Inspirando, sé que estoy inspirando. Espirando, sé que estoy espirando>>. Identificas la inhalación como una inhalación y la exhalación como una exhalación. Cuando inspiras, sabes que se trata de una inspiración: eres consciente de que se está desarrollando una inspiración. Cuando espiras, sabes que se está desarrollando una espiración. Cuando usas la mente para identificar la inspiración y la espiración, ya no hay pensamiento. << Inspirando, sé que esta es una inspiración>>, eso no es pensar. Eso es reconocer lo que está sucediendo: tu inspirar y espirar. Puedes disfrutar de tu inspiración y de tu espiración.

   Mientras tomamos aire, ponemos atención solo en la respiración: la respiración se convierte en el objeto único de la mente. Si estamos realmente concentrados y atentos a la respiración, abandonamos todo lo demás: el pasado, el futuro, nuestros proyectos, nuestro miedo y nuestra ira, porque la mente tiene un único objeto: la respiración. hay en nosotros arrepentimiento y remordimientos sobre el pasado, miedo e incertidumbre sobre el futuro. Como hemos concentrado la mente en la respiración, lo abandonamos todo en 1 o dos segundos. Inhalando, la plena consciencia nos hace libres. En ese instante, sí sentimos la necesidad de decir o hacer algo, hablaremos o actuaremos de forma más adecuada porque hay en nosotros libertad suficiente. No actuamos bajo la influencia de la ira ni del miedo.

  El efecto de esta práctica puede ser muy hondo. cuando pones la atención en las inspiración y regresas a tu cuerpo, puedes alcanzar esta profunda visión: <<¡ Tengo un cuerpo! Soy consciente de que tengo un cuerpo>>. Cuando mente y cuerpo están unidos, estás de verdad en el momento presente, en el aquí y el ahora, dispuesto a vivir tu vida. Si conocemos la forma de estar en contacto con el cuerpo, desconectar con el cuerpo, conectaremos con la Madre Tierra y con todo el universo.

  Te ruego que no subestimes este sencillo ejercicio. aunque lleves 10 o 20 años practicando la respiración consciente, sigue siendo una práctica maravillosa que te proporcionará más y más beneficios.

   A continuación practicamos seguir la inspiración y la espiración en todo su recorrido: << Inspirando, sigo a mi inspiración desde su principio hasta su fin. Espirando, sigo mi inspiración hasta su fin>>. No hay interrupción alguna en nuestra plena consciencia durante el tiempo que duran la inspiración y la espiración. Al concentrar la atención totalmente en la respiración, cultivamos la concentración. No pierdes ni una milésima de segundo; estás plenamente unido a tu respiración, moras de forma sólida en tu respiración. Ser sólido, estable, significa que estás libre del pasado, qué estás libre del futuro, qué eres capaz de establecerte en el aquí y en el ahora.

  En el tiempo que dura la inspiración, pueden aparecer muchos tipos de visiones profundas como << Inspirando, estoy vivo>>. Podemos celebrar el milagro de estar vivos solo con inspirar. Esto es ya felicidad. No tenemos que ir a buscar la felicidad a otro lugar. Tan solo nos sentamos y disfrutamos del hecho de estar vivos.

  Si practicamos la respiración consciente mientras caminamos, puede que reconozcamos Que estar vivos es un milagro y qué caminamos sobre un hermoso planeta. Con esta visión profunda, la felicidad puede llegar al instante. La felicidad no está hecha de dinero, fama o poder, sino de conciencia de la respiración. Al seguir y disfrutar de nuestra inhalación y exhalación en toda su duración, cultivamos una mayor concentración, porque la plena consciencia y la concentración son la misma naturaleza, como el agua y el hielo.

  Cuando cuerpo y mente se alejan, no estamos realmente presentes. Cuando pasamos dos horas delante de una pantalla, podemos olvidar completamente que tenemos un cuerpo y cuando la mente no acompaña al cuerpo, no estamos realmente vivos. Estamos perdidos en el trabajo, en nuestras preocupaciones, nuestro miedo, nuestros proyectos. Así que la respiración consciente puede ayudarnos a unir mente y cuerpo. El momento en que lo hacemos es un momento de vida verdadera. Cuando la mente y el cuerpo se unen, podemos experimentar las maravillas de la vida en nosotros y en torno a nosotros: eso es la vida.

  Cuando estamos con el cuerpo, no solo experimentamos que este cuerpo es una maravilla; quizá nos demos también cuenta de que hay algo en este cuerpo que no necesita cuidados y atención para ser transformado. Quizá se trate de tensión o dolor. Al vivir en el olvido, hemos permitido que se acumulen en el cuerpo tensión y dolor. Hay en nosotros mucho estrés. La vida moderna hace que se acumule una gran cantidad de estrés y tensión en nuestro cuerpo.

  Gracias a la práctica de la respiración consciente, hoy podemos soltar la tensión del cuerpo. << Inspirando, suelto la tensión de mi cuerpo>>. Cuando inhalamos y regresamos al cuerpo, puede que notemos que esta tensión nos impide estar relajados, en paz, felices. Y notarlo nos hace estar motivados por el deseo de hacer algo para ayudar a nuestro cuerpo a sufrir menos. Al inspirar y espirar, permitimos que se suelte la atención del cuerpo. Esa es la práctica de la relajación total. Cuanto más practicamos, más agradable la encontramos.

  Atrapados en el estrés de la vida diaria, a veces nos parece que no tenemos tiempo para practicar la plena consciencia. Sin embargo, inspirar y espirar en plena consciencia, deja ir los pensamientos y enraizarnos en el cuerpo solo requiere de uno o dos minutos. Podemos practicar a lo largo de todo el día y notar los beneficios al momento, lo mismo si estamos sentados en el autobús, en el automóvil, tomando una ducha o preparando el almuerzo. No podemos decir: << no tengo tiempo para practicar>>. Disponemos de una gran cantidad de tiempo si sabemos observar con detenimiento. Esto es muy importante. si nosotros practicamos, si nos relajamos y estamos más alegres, nuestros estudiantes también se beneficiarán de ello. Practicar la respiración consciente es un acto de amor. Hay en nosotros paz, relajación, alegría, y nos convertimos en un instrumento de paz y alegría para los demás.



miércoles, 15 de febrero de 2023

Finalizando la lectura de la "Carta a un joven maestro"

 El arte de lidiar con la felicidad y el sufrimiento

A veces creemos que es imposible alcanzar la felicidad ahora mismo, aquí mismo. Esta creencia, transmitida por padres y ancestros, nos impulsa a huir constantemente hacia el futuro en busca de más condiciones para ser felices. No creemos que tengamos ya a nuestro alcance condiciones suficientes para ser felices. Cada respiración, cada paso dado de forma consciente nos ayuda a detener esa carrera. Tenemos el hábito de correr hacia el futuro buscando algo, incluso en sueños, y esa energía de hábito se ha hecho muy fuerte. La práctica de la plena consciencia supone hacerse consciente de nuestra energía de hábito, reconocerla y sonreírle. Cuando somos capaces de hacerlo, la energía de hábito ya no nos empujará a correr.                                                        

  El arte de lidiar con la felicidad y el sufrimiento es muy importante. Por eso, queremos que los educadores lo enseñen en la escuela, de forma que puedan sufrir menos en la familia, con sus amigos y en sus relaciones con estudiantes mi compañeros, en su comunidad y en el mundo. así podrán también ayudar a sus estudiantes a sufrir menos. Si intentamos huir del sufrimiento, no tendremos ninguna oportunidad de comprenderlo, de transformarlo. Podemos incluso hablar de la bondad del sufrimiento. sí sabemos cómo acoger nuestro sufrimiento, abrazarlo con ternura y observarlo en profundidad, seremos capaces de generar energía de compasión y comprensión, el fundamento de la felicidad.

La visión profunda del interser

Mis estudiantes y yo mismo hemos redactado cinco entrenamientos de la plena consciencia que pueden ser considerados una especie de ética global. No deben ser vistos como preceptos o mandamientos de alguna religión, y cualquiera puede sumarse a ellos o comprobar su veracidad y valor. Estos entrenamientos pueden ayudarnos a practicar la plena consciencia a lo largo de todo el día: proteger la vida, practicar la felicidad verdadera, el amor verdadero, la escucha profunda y el habla amorosa y un consumo consciente. Si seguimos estos entrenamientos, seremos capaces de lidiar con nuestro sufrimiento y felicidad, restaurar la comunicación y ayudar a que las familias, las comunidades y el mundo sufran menos. Estos entrenamientos son prácticas muy concretas, no pura teoría. Al practicarlos, podemos experimentar mucha alegría, paz y felicidad. Se trata de una ética basada en la visión del interser.

  <<Interser>> significa que no puedes existir aislado, por ti mismo: debes interser todo lo demás. Imagina que contemplamos una rosa con plena consciencia y concentración. En poco tiempo descubrimos que esa rosa está hecha solo de elementos <<no rosa>>. ¿Qué vemos en una rosa? Vemos una nube, porque sabemos que si no hubiera nubes, no habría lluvia y la rosa no podría crecer. Una nube es un elemento no rosa que puede ser reconocido en la rosa. La luz del Sol,  qué es crucial para el crecimiento de la rosa, también es un elemento no rosa presente la rosa. Si eliminamos la nube y la luz del Sol de la rosa, no quedará rosa alguna. Si seguimos, vemos múltiples elementos no rosa en la rosa, como los minerales, el suelo, el jardinero, etcétera. Todo el universo a confluido para producir esta maravilla llamada rosa. Una rosa no puede existir por sí misma, debe interser con todo el universo. Esa es la visión profunda qué llamamos interser.

  La felicidad es similar. La felicidad es una clase de rosa: está hecha solo de elementos <<no felicidad>>. Si intentas deshacerte de todos los elementos no felicidad, nunca tendrás felicidad. Es como cuando cultivas flores de loto: necesitas barro. Observando con hondura la flor de loto, ves el barro. No puedes cultivar lotos en el mármol. Un loto se compone solo de elementos no loto, y la felicidad se compone de elementos no felicidad. Esa es la naturaleza del interser. Todo está en todo lo demás. En realidad, no podemos huir de algo para aferrarnos a otra cosa, porque todas las cosas están dentro de todas las demás, no fuera de ellas. debemos abandonar nuestra forma dualista de mirar.

  Desde esta profunda visión, vemos con claridad que la felicidad no es una cuestión individual. Si comprendemos nuestro propio sufrimiento y somos lo bastante hábiles para hacer un buen uso de él, podemos generar felicidad. Esa es la visión del interser: la felicidad y el sufrimiento <<interson>>.

  Cuando miramos nuestro planeta, vemos que los humanos también están hecho únicamente de elementos no humanos. Al observarnos a nosotros mismos, al observar nuestro cuerpo, vemos que estamos hechos de elementos no humanos: minerales, animales, plantas, etcétera. Si eliminamos esos elementos no humanos, la especie humana desaparecerá. Por eso, para proteger la humanidad debemos proteger los elementos no humanos. Esa es la enseñanza ecologista más profunda. Los cinco entrenamientos suponen un comportamiento, un estilo de vida que se basa en esta visión del interser. son una expresión muy concreta de la práctica de la plena consciencia. Si nosotros mismos y los jóvenes vivimos según estos cinco entrenamientos. La felicidad será posible, la compasión será posible, la sanación será posible. Un educador debería encarnar este estilo de vida consciente, esta compasión y comprensión, así ayudará a las generaciones jóvenes enormemente en su camino de transformación y sanación.

  Nada puede existir por sí mismo. todo depende necesariamente de todo lo demás para existir. La visión profunda del inter ser nos ayuda a eliminar la noción de un ser separado, y eso nos permite eliminar los complejos qué están en la base del sufrimiento. ya no te comparas con nadie. La mayor parte del sufrimiento nace de percepciones erróneas cómo esa, y por eso, restaurar la comunicación con nosotros mismos y con los demás es crucial para mitigar el sufrimiento.

Una comunidad de interser

Todo El Mundo puede practicar la respiración consciente para aliviar el dolor y la tensión presentes en su cuerpo. Todo el mundo puede practicar la respiración consciente o la marcha consciente para entrar en contacto con las maravillas de la vida qué hay en uno mismo y alrededor, para reconocer que ya disponemos de condiciones suficientes para ser felices aquí mismo, ahora mismo. Todo el mundo puede practicar la plena consciencia para cuidar de una emoción fuerte como el miedo, la ira o la desesperación. Todo el mundo puede practicar la escucha compasiva y el habla amorosa para ayudar a restaurar la comunicación y generar reconciliación.

  Soñemos con construir una comunidad con nuestros compañeros de trabajo y con todos los que trabajan en nuestro centro. Seguro que hay dos, tres o cuatro personas con las que tienes mejor relación, ¿no es cierto? Deberías empezar por hablar con ellas sobre la felicidad y el sufrimiento que ves en ti y en la escuela.

  Esas personas son testigos de tu transformación y sanación: eres una persona fresca, compasiva y sonriente. Puedes hablarles, reunirte con ellas más a menudo para seguir practicando, no solo a solas o en tu familia, sino como comunidad. Construir una comunidad de práctica es fundamental. esa comunidad puede hacer meditación caminando, puede compartir un té, puede organizar una sesión conjunta de relajación total, guía la hacerlo, crear una pequeña comunidad compuesta por educadores felices los que cambiarán el mundo.

  Esta pequeña comunidad podrá cambiar todo el centro escolar. Puedes escribir una carta que diga algo así:<< somos un pequeño grupo de personas que hemos cambiado nuestras vidas, tanto en casa como en el trabajo. Creemos que sería maravilloso qué pudieras unirte a nosotros>>. Tus compañeros podrán así empezar a saborear esta paz, esta fraternidad y relajación por sí mismos.

  No podemos dejar que las cosas sigan como están. Si los educadores son infelices, si no existe armonía ni paz entre ellos, ¿cómo podrán ayudar a los jóvenes a sufrir menos y a tener éxito en su aprendizaje?

  Cada educador debería ser un constructor de comunidades. Un educador realiza un trabajo noble, bello y respetable, pero sin una comunidad no podrá llegar muy lejos. Por tanto, querido amigo, haz buen uso de este libro, escrito y elaborado junto a la educadora y practicante de plena consciencia Katherine Weare y mis estudiantes. En él, educadores que ya han experimentado esta práctica nos cuentan cómo riegan en ellos y en los demás las semillas de la plena consciencia para crear educadores, aulas, escuelas y universidades felices. Te ruego que lo compartas con tus compañeros de trabajo. Las enseñanzas y métodos que se presentan en este libro se han utilizado en nuestros retiros para educadores y en centros educativos de todo el mundo.

  Espero que tengamos el tiempo y la oportunidad de practicar todo esto juntos muy pronto. Te deseo una práctica provechosa y feliz.

Tich Nhat Hanh

Plum Village, Francia

Octubre de 2014

martes, 14 de febrero de 2023

Continuando la lectura de: Los educadores felices cambian el mundo

 Hoy otra parte de la "CARTA A UN JOVEN MAESTRO"

Comunicación profunda

Hoy en día, disponemos de numerosas formas de comunicación, como los teléfonos inteligentes, la televisión y los ordenadores, pero la comunicación se ha hecho difícil entre compañeros, entre los miembros de una pareja, de padres y madres con sus hijos e hijas. Si no te comprendes a ti mismo, si no puedes entrar en contacto contigo mismo, si no conoces la causa de tu propio sufrimiento, miedo e ira, no puedes comunicarte contigo. Y si no puedes comunicarte contigo, ¿cómo podrás comunicarte con otra persona?

  Por eso, regresar a uno mismo para entrar en contacto con el cuerpo, las sensaciones, las percepciones y el sufrimiento propios, es decir, comprenderse, es crucial antes de ayudar a otra persona. Por ese motivo, proponemos que educadores y estudiantes se sienten juntos para compartir su propio sufrimiento. Deberíamos de disponer de tiempo, concedernos un tiempo para hacerlo. La verdadera comunicación consiste en comprender el sufrimiento interior, comprender el sufrimiento de la otra persona. Y necesitamos enseñarle esto a la generación más joven.

  Practicar la escucha profunda y el habla amorosa con nuestros estudiantes contribuye a eliminar barreras entre educador y estudiante. Si los alumnos comprenden tu sufrimiento, dejarán de hacerte sufrir. Si nosotros comprendemos su sufrimiento, sabremos cómo ayudarlos a sufrir menos. Juntos mejoraremos la calidad de la enseñanza y del aprendizaje, y el aula se convierte en un lugar agradable para todos. Es posible que educadores y estudiantes convivan felices.

  La práctica de la plena consciencia aplicada a la escucha y al habla puede ayudarnos a restaurar la comunicación con nosotros mismos, porque aprendemos a escuchar nuestro propio sufrimiento. No necesitamos huir de nosotros mismos; no necesitamos ocultar lo que no nos agrada de nosotros mismos. Intentamos estar ahí para nosotros, comprendernos para poder transformarnos. Si sabes cómo escuchar con amor y compasión, podrás ayudar a que otra persona sufra menos. Sabes que hay sufrimiento en ti, y que en esa otra persona también lo hay. Cuando ves ese sufrimiento en el otro, dejas de acusarlo, de culparlo. En lugar de eso, deseas ayudarlo a que sufra menos. Pero ¿cómo podrás reconocer el sufrimiento en la otra persona si no lo reconoces en ti? Es crucial que escuches con plena consciencia tu propio sufrimiento. En nosotros nacerá la compasión y sufriremos menos. Después, podremos mirar a la otra persona y sabremos cómo ayudar para que siga nuestro camino. Escuchar al otro con compasión le proporcionará alivio en solo una hora, en media hora. Esa es la práctica de la escucha consciente.

  Unida a la escucha consciente está la práctica del habla amorosa. Intentamos decir la verdad sobre nuestro sufrimiento y sobre su sufrimiento empleando un lenguaje amable que le ayude a abrir su corazón. Nuestra manera de hablar ayuda a esa persona a reconocer su sufrimiento y el tuyo. Todas estas son prácticas de plena consciencia: consciencia de la escucha y del habla.

  El educador y el estudiante pueden entonces aplicar las prácticas de la escucha y el habla conscientes en sesiones para hablar y compartir. Necesitan, primero, escucharse mutuamente. El educador debe ser capaz de sentarse y escuchar el sufrimiento de los estudiantes. Y los estudiantes pueden llegar a conocer las dificultades y el sufrimiento del educador y de los demás alumnos y alumnas. Después de haberse escuchado unos a otros, su comportamiento cambiará. Toda la clase puede practicar sentarse, respirar y escucharse entre sí. No es una pérdida de tiempo, al contrario; conduce a una comprensión mutua. Estudiantes y educadores podrán colaborar unos con otros para hacer que enseñar y aprender sea una alegría para todos. Podemos imaginar al educador sentado con un estudiante para hablar del sufrimiento del alumno. El educador ha desarrollado la capacidad de escuchar con compasión y de hacer que el estudiante sufra menos. Hasta ese momento, quizá nadie haya podido comprender el sufrimiento de ese joven. Su padre, su madre, están demasiado ocupados, y eso hace que el joven esté enojado. Ahora tenemos la oportunidad de sentarnos y escuchar su sufrimiento: quizá ese educador sea la primera persona que sabe sentarse y escucharlo. Si ese joven ve que hay alguien que comprende su sufrimiento, sufrirá menos. Así que la práctica de la escucha compasiva ayuda a conectar al educador con el estudiante, a construir confianza, a eliminar la ira y el miedo entre educador y alumno.

  Los administradores y el equipo de dirección del centro necesitan comprender que cuando en una escuela se organizan sesiones de escucha profunda, tanto los educadores como los estudiantes contarán con más energía y concentración para enseñar y aprender. Sin esas prácticas, los educadores pueden hacer sufrir a sus alumnos y los alumnos pueden hacer sufrir a los educadores, y el resultado es que se ensancha la brecha entre generaciones. La práctica de emplear la escucha profunda y el habla amorosa para restaurar la comunicación y promover la comprensión y promover la comprensión y la colaboración entre educadores y alumnos debería incluirse en los programas de formación de los educadores.

sábado, 11 de febrero de 2023

Deseo compartir, a partir de hoy, fragmentos de un libro que me entusiasma:

 Una guía para cultivar la plena consciencia en la educación


LOS EDUCADORES FELICES CAMBIAN EL MUNDO

Autores: THICH NHAT HANH y KATHERINE WEARE

Editorial Kairós

" Carta a un joven maestro

THICH NHAT HANH

Querido colega:

Soy educador y amo mi trabajo. Sé muy bien que tú también amas el tuyo. Todos queremos ayudar a los jóvenes a ser felices y a que hagan felices a los que les rodean.

  Nuestra misión, en tanto que educadores, no se limita a transmitir conocimientos; supone también formar seres humanos, construir una raza humana valiosa y bella que pueda cuidar de nuestro hermoso planeta.

  Soy muy afortunado porque las personas con las que trabajo y convivo (especialmente los jóvenes) comparten ese mismo ideal. Desean aprender a transformarse para vivir felices y ayudar a otros a hacerlo también. Por eso, cada vez que entro en mi aula, se da una felicidad y comprensión mutua entre maestro y estudiante, una fraternidad que hace mucho más fácil la tarea de enseñar y estudiar.

  Siempre procuro estar al tanto de la vida de mis estudiantes. Les cuento mis dificultades y sueños para que la comunicación entre nosotros permanezca siempre abierta. Sabemos que los niños, los estudiantes de ahora, padecen mucho sufrimiento. A menudo, su causa es el sufrimiento de sus padres. Los padres no pueden comunicarse entre sí, y la comunicación entre padres e hijos también es difícil. Existe cierta soledad, cierto vacío en el niño que intenta colmar con videojuegos, películas, televisión, comida, drogas y cosas similares.

  Conoces muy bien esta cuestión.

  Existe una enorme cantidad de sufrimiento en los jóvenes, y eso hace mucho más difícil el trabajo de los educadores. Nosotros mismos, educadores, también conocemos dificultades. Nos esforzamos al máximo, pero también hay mucho sufrimiento en nuestro entorno, en nuestra familia y en los compañeros de trabajo.

  Si nosotros y nuestros colegas educadores no somos felices, ¿cómo podemos esperar que lo sean los niños y jóvenes? Esta es una cuestión fundamental. Quizá nos falte paciencia, comprensión, frescura o compasión suficiente para poder enfrentarnos a tanto sufrimiento. Necesitamos una dimensión espiritual que nos ayude a transformarnos para poder empezar a ayudar a transformarse a los que nos rodean: los miembros de nuestra familia, nuestra pareja, todos los demás. Si tenemos éxito en esta práctica, nos hacemos personas más agradables y compasivas.

Traer la mente al cuerpo

El primer paso es regresar a uno mismo: la salida está adentro. Regresa a ti mismo para poder cuidarte. Aprende a generar una sensación de felicidad; aprende a lidiar con una sensación o emoción dolorosa; escucha tu propio sufrimiento para que puedan nacer la comprensión y así sufrir menos. Este es el primer paso y, como educador tienes que ser capaz de hacerlo. Debes empezar por ti mismo. Tenemos métodos de práctica para ayudarte a hacerlo, y podemos practicar juntos con alegría.

 Gracias a la respiración consciente, podemos traer la mente de regreso al cuerpo y cuidar primero del cuerpo. Después de que lo hayas hecho para ti, podrás hacerlo para los demás. Si tú no has podido cambiar, será muy difícil poder ayudar a cambiar a otra persona para que sufra menos. Si hay en ti más paz y amabilidad, te convertirás en una persona más agradable y por eso te será mucho más fácil ayudar a otro a sufrir menos.

  Hay en tu cuerpo tensión y dolor. Con la práctica de la plena conciencia, puedes regresar al cuerpo, reconocer la tensión y el sufrimiento que hay en él y respirar de forma tal que seas capaz de soltar ese sufrimiento. Media hora, incluso cinco minutos de práctica pueden ya cambiar la situación.

  La plena consciencia es una energía que nos ayuda a estar totalmente presentes en el aquí y el ahora, conscientes de lo que está ocurriendo en nuestro cuerpo, en nuestras sensaciones, en nuestra mente y en el mundo, y así entrar en contacto con las maravillas de la vida que tienen el poder de nutrirnos y sanarnos.

El arte de vivir

La práctica de la plena consciencia es la práctica de la alegría. Es un arte de vivir. Con plena consciencia, concentración y visión profunda puedes generar una sensación de felicidad y alegría siempre que quieras. Con la energía de la plena consciencia también puedes gestionar una sensación o emoción dolorosa. Si no hay en ti energía de plena consciencia, tendrás miedo de ser desbordado por el dolor y el sufrimiento que hay en ti.

  La plena consciencia es siempre plena consciencia de algo. Cuando practicas inspirar y espirar de forma consciente, eso es consciencia de la respiración. Cuando practicas caminar en plena consciencia, eso es consciencia del caminar. Cuando tomas el desayuno de forma consciente, eso es consciencia del comer. No necesitas sentarte en una sala de meditación para poder practicar la plena consciencia. Puedes hacerlo mientras te duchas, al volante, en la escuela, trabajando en algún proyecto y en tus relaciones con otras personas. Puedes practicar la plena consciencia de pie, caminando, sentado o tumbado. La energía de plena consciencia generada por la consciencia de la respiración o la consciencia de nuestros pasos al caminar nos ayuda a traer la mente de regreso al cuerpo, y cuando mente y cuerpo se unen, estás realmente establecido en el momento presente. La vida con todas sus maravillas, con todas sus fuentes de regeneración y sanación (la alegría, la felicidad, la paz) solo está disponible en el momento presente. El pasado ya se ha ido, el futuro aún no ha llegado: el momento presente es el único en que puedes vivir la vida de verdad.

  La plena consciencia siempre ayuda a aumentar la concentración, y juntas, plena consciencia más concentración, pueden hacer que aparezca la visión profunda. Cuando inspiras de forma consciente, concentrándote en la inspiración, puedes descubrir cosas muy sencillas pero esenciales, como la consciencia de que estás vivo y de que tienes un cuerpo. <<Sé que tengo un cuerpo>> es ya una visión profunda, una toma de consciencia. Estoy vivo, estoy viva, soy libre, estoy presente en el aquí y el ahora. <<Inspirando, sé que estoy vivo, estoy viva, y estar vivo es un milagro: el mayor de los milagros>>. Cuando inspiras, sabes que estás vivo, porque una persona muerta ya no puede inspirar. Mientras espiras, puedes ya celebrar el hecho de estar aún en vida. Tus pulmones son lo bastante fuertes para poder disfrutar de la inspiración; tus pies son lo bastante fuertes para poder disfrutar de la inspiración; tus pies son lo bastante fuertes para poder caminar y tocar la tierra con cada paso. Hay infinitas condiciones para ser feliz disponibles. Gracias a la plena consciencia y a la concentración, surge continuamente visión profunda, una comprensión honda.  

 Deja de correr

Existen innumerables condiciones para ser feliz. No necesitamos nada más. Si tomáramos un lápiz y anotáramos todas las condiciones para ser feliz con las que ya contamos, no bastaría una hoja, ni dos: ni siquiera diez hojas serían suficientes. Anotar las condiciones para ser feliz de las que dispones es una meditación importante.

  Cuando reconoces esas condiciones que ya tienes, puedes sentirte feliz y alegre ahora mismo, aquí mismo. Muchas personas confunden la felicidad con la excitación, pero la excitación no es exactamente felicidad. Cuando estás excitado, no hay en ti suficiente paz, la felicidad no es real. La plena consciencia es un tipo de práctica que nos ayuda a comprender en qué consiste la verdadera felicidad: no proviene de los objetos que ansiamos, como la fama, el poder, la riqueza o los placeres sensuales, sino de la comprensión y la compasión.

  La verdadera felicidad implica que no necesitas correr ni perseguir nada más. Cuando reconoces que dispones de innumerables condiciones para ser feliz, surge una sensación de satisfacción por estar en el aquí y el ahora, dondequiera que estés. Si puedes hacerlo, podrás generar una sensación de felicidad y alegría siempre que quieras. Podemos crear alegría y felicidad no solo para uno mismo sino para los demás. Tu propia plena consciencia puede ser contagiosa y hace que los demás recuerden. Recuerdan que estamos en un mundo maravilloso, que pueden experimentar las maravillas de la vida que están disponibles, eso puede hacerlos felices. Si tú estás alegre, feliz y atento, encenderás la lámpara de la felicidad y la alegría en los demás, porque en cada uno de nosotros existe la semilla de la plena consciencia, la semilla de la atención. Este es un arte y no tiene nada de difícil. Como educador, puedes realizar ese milagro en unos pocos segundos, y puedes hacer felices a tus estudiantes."

Seguiremos la próxima semana, espero disfruten de esta lectura.